El fin de semana es algo que todos esperamos cuando es lunes. Yo no espero el fin de semana. De hecho, nunca lo he hecho. Ni cuando me tenían atrapada en la primaria. Ni cuando estaba pasando por la enfermedad de la secundaria (adolescencia). Ni hablar de los estudios profesionales de mis títulos de técnico en informática y licenciada en traducción. Siempre me gusto la escuela. Y aún más aprender. Así que mi relación con los fines de semana sólo se resumen en una cosa: dormir. El domingo es mi día de dormir hasta la hora que me quiera levantar. Usualmente, despierto más temprano de lo que quisiera. La costumbre de despertar temprano es fuerte en mí. Pero este fin de semana fue valioso para mí porque lo fue para mi novio. Últimamente lo he visto agotado y fue agradable escucharle decir que este fin de semana había sido el mejor en mucho tiempo. Como el jueves estuvimos de hogareños horneando, decidimos que el viernes sería un día para salir a distraernos. Para él si hay un fin de semana. Pero nuestros planes cambiaron el mismo viernes en la mañana porque visitaríamos a un muy buen amigo que llegó de Monterrey. Estuvimos platicando un rato en un lugar bastante tranquilo para ponerse al día y después nos habló de una oferta de trabajo. Aunque presiento que iba más dirigida para mi novio que para mí. En fin, dieron las ocho, casi nueve de la noche y fuimos a un lugar a escuchar música y beber un poco. El lugar era bastante peculiar desde los que estaban atendiendo hasta la gente que estaba disfrutando de su hookah y su cerveza. Una mezcla interesante. Verán, es común que en Tijuana existan bares que van a cierto público pero poco a poco veo como se mezclan las clases y tribus urbanas, lo cual es bueno. Dejando de lado esta diversidad, después de un par de cervezas nos fuimos a casa sin cumplir el plan original para el viernes. Pero ¿qué haces cuando un amigo de otra ciudad llega de repente y te invita a salir? No lo dejas plantado. Y menos si él paga. Sábado por la mañana y no me podía levantar, y eso que no tomé casi nada la noche anterior. Me levanté y todo el ritual que hago normalmente en sábado fue llevado a cabo como cualquier otro día. Hablamos de nuevo de que saldríamos a hacer algo que quisiéramos ambos y fuimos a un lugar donde mi hermano menor estaría vendiendo su marca independiente (jaja! pero sí, él es todo un empresario). Después fuimos a donde ponen películas que usualmente no llegan a las salas de nuestros cines de marcas reconocidas. Vimos una película noruega llamada Få meg på, for faen!(Turn me on, dammit!, en inglés) de una muchachita de unos 15 años explorando su sexualidad. Bastante jocosa la historia pero se disfruta si no tienes problemas de hablar sobre tal tema. Saliendo de ahí, hicimos el recorrido que se podría decir que es típico en Tijuana cuando buscas la fiesta: buscar el bar de agrado en la famosa Plaza Fiesta o Plaza del Zapato. Hay tantos bares de todo y para todos que a veces es díficil elegir uno pero no tardamos en decidir porque recordé que un amigo/vecino estaba celebrando su cumpleaños y decidimos ir bien frescos al Fresco Bar. Las noches que vives en los bares de Tijuana son siempre buenas noches de fiesta porque es 100% seguro que te encontrarás a alguien que conoces e incluso aunque no quisieras encontrarte con nadie, seguro alguien se te cruza por el camino. Domingo y el fin de semana se estaba acabando aunque no lo sintiéramos. Pero para no mentirles y hacer esto rápido, este día duró menos porque desperté a medio día. Honestamente me propasé un poco con la bebida la noche anterior. Creo que tomé el equivalente a media caguama (o un poco más porque mi novio era el conductor designado) y una cervecita artesanal de quién sabe cuántos grados de alcohol. Nada mal para una chica que dice que no le gusta la cerveza. En realidad, estoy llorando de más, nadie puede ponerse mal con lo que tomé pero yo me puse "alegre" y bailé lo que se me permitió. En fin, regresando a la historia, salí a una fiesta de cumpleaños con mis ex-compañeros de trabajo, hubo pastel, piñata y toda la cosa y después volví a ir al lugar que ya mencioné, aquel donde proyectan películas independientes. El plan había sido irnos de la fiesta temprano para ver Lolita (1997) pero llegamos algo tarde y términamos mirando Feuchtgebiete (Zonas húmedas o Wetlands) una películilla alemana bastante emocionante si eres un puberto en busca de una película que te va a llenar de morbo por las chicas rebeldes y sus vidas sexuales privadas y no tan privadas. Me gustó la película (aunque yo no soy ninguna puberta en busca de cochinadas de la vida sexual de nadie) hasta cierto punto me sentí identificada con la protagonista, sólo que yo sería la versión mojigata y mexicana. Me reí cómo nunca por cosas que no acostumbro reír y disfruté mucho que mi novio está amando el séptimo arte tanto como yo. Esto me huele a que estamos por hacer un día al mes dedicado al arte número siete. Qué puedo decir, mi fin de semana lleva más detalles de los que les puedo contar pero el punto es que lo disfruté y esto de estar desempleada no es tan malo si puedes desvelarte un poco haciendo cosas que te gustan.
Nota: no vean las películas que llegaron a mis ojos este fin de semana si no tienen un amplio criterio sobre la sexualidad.
Hacer trámites no es fácil. Cocinar no es tan fácil como a veces parece. Nada es fácil. Nadie nació sabiendo cómo hacer las cosas. La práctica en realidad hace al maestro. Hoy desperté bastante tarde y no muy de buenas. Hice compras para hacer la comida del día y el experimento del día. Mi novio y yo a veces hacemos cosas diferentes para comer, nos gusta cocinar pero hasta ahora no habíamos intentado algo que fuera tan complicado como el arte de hornear pan. O poner pan al vapor. Intentamos hacer "bollos chinos al vapor" o mejor dicho baozi, de origen chino y muy común en el desayuno de nuestros amigos asiáticos. Sólo puedo decir que las recetas siempre lucen tan sencillas y siempre son muy bonitas las imágenes con los resultados pero la realidad siempre es distinta. Tal cual como todo en la vida ¿no? En fin, pensamos que el relleno era lo que provocó el fallido resultado de nuestro "pan no horneado". Los baozi son una especie de empanaditas y tal cual, van rellenos. Nuestros bollitos estaban rellenos de mermelada de piña. Fue una osadía hacer las bolitas y cerralos y quedaban mal después del tiempo que se debían dejar al vapor. Mal. Muy mal. Pan no horneado, como mencioné. Intentamos con rellenos que no fueran tan líquidos (crema de cacahuate, cajeta, intentamos incluso cero relleno) y qué sorpresa: nada. Desistimos de hacer estos bollitos pero fue divertido. Creo que hacer cosas en pareja que sean diferentes a lo que hacemos todos los días es algo bueno y muy sano. Además, con esto de mi crisis, experimentar con nuevas actividades es bastante enriquecedor. Y yo, soy fan de intentar actividades que no van con lo que usualmente hago. ¿Cómo vas a saber para qué eres bueno, si no lo intentas?
P.D. no soy la chica del video. Ojalá lo fuera, al menos hubiera tenido un resultado ganador.
Desperté a la salida del sol. No como solía hacerlo. De hecho eso no era despertar a la salidad del sol, era básicamente despertar en plena oscuridad de los últimos minutos de la noche. Dejémosle en despertar muy temprano. Eran las 6:26 am para ser exactos. Tomé un poco de fruta y leche y después tomé mi, ya clásico, café de la mañana pero era aún muy temprano para el café. Perdí un par de horas en la web. Me preparé para el día, por el cual no tenía expectativas de nada. Sólo me daba gusto que vería a mi pareja sentimental (qué cursi). Nos encontramos en el lugar de la cita acordada. Muy románticos asistiendo a la rueda de prensa de un evento conocido en la ciudad. Nos encontramos con varios amigos que nos felicitaron por nuestro viaje que no duró tanto como hubiéramos querido. Pero esa es otra historia que después contaré. Salimos a comer y ahí pasó todo. Vivo la crisis existencial de mis veintes. La mitad de mis veintes. La crisis del posible cuarto de vida que tengo por delante. O la tercera parte de mi vida, sin ser tan optimistas. No tengo trabajo ni un pasatiempo fijo. Hago un poco de todo lo que sea relevante a las redes sociales, tomar fotos de vez en cuando, leer alguno que otro libro pero no hago ni deporte, ni nada que tenga repercusión en un futuro profesional ni de bienestar. No saben lo díficil que es vivir en una era donde muchos de mis colegas (colegas de edad) ya tienen empresas o han hecho algo significativo y valioso con sus vidas. Nunca pensé encontrarme en este punto de mi vida porque siempre hice un poco de todo lo que me gustaba pero no sé, parece algo diferente en esta ocasión. ¿Serán mi ánimos? ¿Mi optimismo ha decaído tanto? ¿La presión de mis padres ya empieza a quitarme el sueño? ¿Tengo estándares muy altos sobre lo que una persona de mi edad debería estar haciendo? O simplemente ¿me frustra no tener ni mi título en manos? Un poco de todo y creo que ya exploté. A veces no sé si llorar, reírme, enojarme, correr, brincar, patear a alguien... Todos los días mi pareja me recuerda el porqué decidimos estar juntos. La verdad sé muy bien porqué estoy con él. Siempre es atento y amable, busca mi bienestar y me apoya incondicionalmente. Es un gran compañero de vida. Es mi mejor amigo. Puedo ser completamente abierta y sincera con él y sé que me va a entender y de vez en cuando escucharé alguna opinión que siempre me abrirá los ojos a otra visión. Cuando me siento decaída, ahí está para ayudarme a ayudarme a mí misma a levantarme de nuevo y entender que aunque me sienta sola en esto que me pasa, realmente no lo estoy. Y nunca lo estamos realmente, es sólo que en ocasiones decidimos cerrarnos por miedo a sufrir pero, y aunque suene a la misma historia que todos nos dicen, de todos modos sufriremos con o sin amor, así que adelante a ser valientes y a seguir enfrentando la vida porque ésa sí, no se detiene por nada ni nadie. Lo único que les puedo decir es que tener un compañero como el que yo tengo, no se permite perderlo. Y todos los días quiero que él sepa eso. Quien sea que me lea ahora, recuerda esto: a los que te rodean y te procuran, hazles saber que notas que ellos están ahí. No despreciemos la mano amiga. Hay que dar para recibir y todas esas frases cursis pero ciertas que alguna vez leímos en el muro de alguien a quien después le hiciste bullying por escribirlo. Y mi frase favorita y en contexto a todo esto de no dejarse vencer:
Honestamente no creí que fuera a tener tema alguno para la siguiente entrada de este nuevo y flamante blog en la web. Hoy desperté con la alarma y hacía ya un par de semanas que no pasaba tal cosa. Desperté con los ánimos muy por abajo de mi estándar, puesto que yo sé que en mis días nada interesante pasará porque realmente no tengo humor para hacer que suceda la magia de un día increíble. Mire la pantalla de mi móvil y ¡sorpresa! Un amigo publicó que había empezado a llover y claro, rápidamente me levanté de la cama para asomarme por la ventana y efectivamente había un cielo nublado pero lástima que no hacía nada de frío. Aún así pensé que era un bonito día. Después empezó a mejorar. Percibí un aroma ya conocido: pancakes (o hotcakes, o quequas, o como las conozcas). Me alegré mucho porque el día sólo estaba mejorando. Qué sorpresa. Al finalizar el desayuno y la plática mañanera con mi madre, decidí que hoy estaba llendo de maravilla que debía continuar ayudando al día y me alisté pronto para lo que pintaba el mejor día desde el viaje que tuve a Ensenada hace un par de semanas. En fin, no sé porqué comencé la búsqueda de un trabajo. Honestamente no fui hecha para estar sin echar andar este cerebro. Así que entre a nuestro amigo fiel, el mejor navegador del mundo y ¡voilà! Un empleo de mi profesión. Con lo díficil que es hallar uno y aún más sorprendente, uno que sea de mi profesión. Me puse a bailar, literalmente, en mi cuarto como loca y a gritar de la emoción. No cabía en mí en ese minuto de serendipia. Porque valga usted a saber, lector, sí buscaba trabajo pero jamás pensé encontrar de mi profesión. Lo repito. Sin más ni menos, envié el currículum y estuve esperando la respuesta inmediata que nunca llegó. Al menos empieza a sentirse un aire de esperanza de que pronto dejaré esta vida sedentaria que vivo en mi cuarto. Eso de andar pidiendo dinero a mis padres, ya hace bastante tiempo dejó de ser una opción viable para esta señorita que quiere al fin independizarse.
Siempre he creído que entre menos sepa la gente de mí es mejor. Sé que divulgo lo suficiente en mi perfil de Facebook como para contradecirme a mí misma pero, vamos, el ocio me ha llevado a llenar mi muro de infinidad de cosas que pueden darle a cualquier, datos precisos de quién soy en realidad. Como si no fuera suficiente contar con perfil en la ya anunciada red social, también cuento con otra cantidad considerable de perfiles en otras páginas bastantes conocidas. Dicho esto me decidí a tener un blog. Algo así como un diario que no es personal. Mi vida no es tan interesante como para hacerla pública pero al menos creo que algo podemos aprender. Les cuento entonces. Ahora me encuentro desempleada. Hace unos días mire una película que me dio una idea pero creo que soy bastante floja como para querer copiar lo que ya se hizo hasta en película y libro. En fin. Sumando que soy desempleada, vivo el ocio del internet a la máxima potencia y estoy 24 horas con mi mente peligrosamente sedienta de aprendizaje y cosas nuevas por experimentar, léanme aquí. Primero que nada, hacer un blog se dice fácil pero sé muy bien que no es nada sencillo alimentarlo. Tan sólo bautizarlo ya fue un lío. Primero me cuestioné si debía escribirlo en inglés o español. Me decidí que me gustaría que mi meta sea llegar a los lectores del idioma español. Se me da esto de escribir en mi lengua madre. Después, quería ponerle de nombre fleursdottir y utilizar ese mismo nombre para el url pero era algo complicado de recordar y buscar. (Fleurs es flores en francés y dottir es hija en islandés.) Mi apellido es Flores pero como saben, en internet ya existen bastantes personas con mi apellido y con la afinidad por las flores así que no era una buena idea escribir mi apellido tal cual. Entonces fue hijadeflores, lo que se puede decir una traducción literal de lo que era la idea original. Y el nombre de este blog fue algo totalmente al azar. Busqué palabras que fueran intraducibles del español a otro idioma y di con una lista de palabras no muy rentables para un blog como el mío pero estaba serendipity que ha sido traducida aunque yo me quedo con la palabra en su idioma original. Esta palabra tiene un bonito significado que según leí es: Hace referencia a la acción de encontrar algo de manera inesperada, pero que a la vez es afortunada.No sé realmente que diablos pensé cuando decidí bautizar a mi blog pero tal vez mi blog se convierta en algo así: inesperado pero algo bueno para aquellos que me lean. Por cierto, me presento, Gabriela Flores para servirles.